Leemos en el periódico de actualidad económica Expansión que La Caixa va a ser la primera entidad financiera en introducir en España las tarjetas de crédito con RFID.
Dicen en Expansión que La Caixa intenta que la gente deje de usar el efectivo y se pase al «plástico». Tras el fracaso en la introducción de la «tarjeta monedero», ahora creen que con estas tarjetas RFID, o de «pago sin contacto», lo van a conseguir.
Esto es un despropósito. La tecnología RFID permite que la información en su chip se lea a distancia, y esto es lo que hace que dichas tarjetas sean mucho más inseguras que las normales con banda magnética. Con aquellas, para que alguien te la «clonara» (hiciera una copia de la información de la tarjeta y la pudiera usar gastándote el crédito) se la tenías que dar, y esto te permitía saber más o menos quién te había hecho la mala jugada: en el peaje, en el restaurante, en el hotel… ahora, con la lectura a distancia, cualquier malhechor con el lector adecuado «pululando» por un restaurante, una tienda,… puede hacerte la copia de los datos de la tarjeta sin que te enteres.
Es grave el asunto, y ejemplos de inseguridad hay a montones. El más claro y escandaloso es el de los nuevos pasaportes electrónicos o pasaportes RFID, dotados de esta tecnología, que se pueden leer a distancia, se puede crackear la encriptación, y se pueden clonar. Se puede leer sobre este asunto en el periódico británico The Guardian, que sería equivalente a nuestro El País.
Lo dicho, estas tarjetas con RFID no hay que aceptarlas, no debemos aceptar ser conejillo de indias de nadie, porque es nuestro dinero, es nuestra identidad, es nuestra seguridad lo que está en juego. Y si tu banco te «enchufa» la tarjeta obligatoriamente, pues a protegerse con las fundas para documentos RFID.