Desde hace muchos años, y pese a no tener un sistema de carnet de identidad nacional, la administración electrónica británica funciona muy bien de modo distribuido. En la era pre-Internet eran las oficinas de correos las que servían de ventanilla. En ellas podías (y sigues pudiendo) recoger el formulario adecuado al trámite que quieres realizar, lo rellenas, muestras al empleado de correos la documentación pertinente, él verifica que todo está en orden, y se realiza el envío por correo del papeleo. Yo lo usé bastante en los años 90 para cosas que van desde conseguir el carnet de conducir a registrar el coche a presentar la declaración de la renta y funcionaba como un reloj (incluso para ciudadanos de la UE no británicos).
Desde hace ya bastantes años está disponible el portal DirectGov, auténtica ventanilla electrónica única que funciona tan bien como su precursora analógica basada en la oficina de correos. Si tienes pasaporte o carnet de conducir, conseguir tus credenciales (nombre de usuario) es un sencillo proceso online. Si no dispones de dichos documentos bastará una visita a la oficina de correos de tu pueblo para obtenerlo. Y a partir de entonces todos los trámites burocráticos que te puedas imaginar pueden realizarse desde casa.
Por eso me ha llamado mucho la atención (negativamente) esta noticia en The Independent: Acaban de lanzar un programa de creación de «carnet de identidad virtual«, que en realidad no es más que delegar el servicio de autenticación en redes sociales populares como Facebook o en el portal de proveedores de servicio muy implantados como British Telecom.
Una de las razones del gobierno para impulsar este programa: «evitar que la gente se canse de recordar contraseñas», lo cual se considera una gran «barrera de entrada» a usar DirectGov.
Mi opinión, en inglés de Charles Dickens: «Humbug!» (¡paparruchas!)
¿Cuál pensáis que sea el motivo real para este programa? ¿Y cuáles los principales riesgos inherentes a dicha medida?