Qué ciudad, Manchester. En ella se puede encontrar el teatro de los sueños (campo de fútbol del Man U) y el laboratorio de los horrores (su aeropuerto internacional). Ya hemos comentado muchas veces que es en su aeropuerto que las autoridades prueban toda esa tecnología de control que solemos denunciar en estas páginas. Y le ha tocado la hora al RapidScan, ese scanner de cuerpo completo que te radiografía la ropa y te hace fotos desnuda.
Es como la lotería: al pasajero que se dirija a cualquier destino internacional, incluyendo la Unión Europea, le puede tocar pasar, sí o sí, por el scanner de marras. No hay manera de evitarlo aparte de negarse a entrar o negarse a colocarse en la posición correcta una vez dentro de la máquina de rayos X. La semana pasada me fue de una persona tener que sufrirlo. No hay noticias en la prensa que informen de este desafortunado desarrollo, tampoco de pasajeros que se nieguen a pasarlo.