Katherine Albrecht es una de esas personas que marcan la diferencia. Se comenzó a interesar por la privacidad cuando dedicó su tesis doctoral a «las tarjetas de los puntos del súper» y cuando conoció las siglas RFID ya no pudo más. Montó CASPIAN (Consumers Against Supermarket Privacy Invasion and Numbering), una asociación estadounidense en defensa de la privacidad de los consumidores, y escribió el legendario libro SpyChips.
La semana pasada recibimos noticia de que Ixquick, el metabuscador con sede en Holanda, la había «fichado» como responsable de las relaciones con la prensa en Estados Unidos. En la misma comunicación, Katherine informaba que Ixquick ha dejado de registrar la dirección IP de los PCs desde donde se usa. Esto, y el fichaje de una activista pro respeto a la privacidad, es el caballo de batalla de la estrategia de marketing de la empresa.
Dos conclusiones:
1. La privacidad empieza a «vender», y si genera dinero, significa que se respetará, porque en el actual sistema el bien y el mal no existen, solo existe lo redituable y lo que no genera beneficios.
2. Para los que lloran amargamente las horas que dedican a generar contenidos sin ver un duro por ello, «ya que Google Adsense les roba» y los que lloran porque no hay un modelo de negocio para esa actividad, que se pongan las pilas: sí lo hay. Se trata de acumular prestigio, darse a conocer y conseguir negocio – sea a título personal, en una estructura en la que encuentres cómodo, o en una trasnacional.
¿Preguntas al respecto de 2? Se las hacéis a Bruce Schneier, por favor. El es un ejemplo de libro.