Llevamos algunos años informando sobre el programa británico de implementación del carnet de identidad en Gran Bretaña y de la hercúlea tarea del colectivo No2ID para oponerse a esta implementación. La opinión pública incluso se estaba formando «una opinión sobre el tema»: afortunadamente en contra.
A mí me extrañaba que desde el gobierno no se lanzase una fuerte campaña (que las hacen sobre otras cosas y que para nosotros tienen tintes bien fascistoides) a favor de este programa que tanto necesitan para conseguir el sistema de control perfecto con el que sueñan. Ahora ya sabemos por qué. Tenían un as en la manga: los comunicólogos del partido laborista son condenadamente buenos.
Hace dos semanas van y sacan al nuevo ministro del interior con unas muestras del nuevo documento, que se comenzará a expedir este invierno en Manchester (titulares del aeropuerto más paranoico del mundo, no podía ser en otro lugar) y… la bandera británica, la «Union Jack», no aparece en ningún sitio.
Se soltó una tremenda polémica que alcanzó todos los medios de comunicación y no los abandonó durante una semana entera. ¿La bandera británica tanto ofende a escoceses, galeses e irlandeses del norte como para que no aparezca en el documento nacional de identidad?
Y en este debate, lo curioso es que todos los que participaban ¡¡¡¡no cuestionaban por un momento la necesidad de disponer de dicho documento!!!! Ni cuestionaban su coste, ni cuestionaban que de esa manera los ultra liberales británicos perderían un cachito de su libertad……
Pon una polémica sobre idioma, nacionalidad, grupo étnico o torneo futbolístico, y la gente se fijará en esos árboles y perderá totalmente de vista el bosque. El carnet de identidad ha tenido su puesta de largo antes de ponerse en marcha. A partir de ahora ya se da por hecho y solo los verdaderamente convencidos lo protestarán. Los que no tenían opinión ya han sido convertidos por obra y gracia de la televisión.
Lo dicho: los comunicólogos del partido laborista son unos genios.