Fin de una era, la democrática: Blair lamenta la introducción de la ley de transparencia informativa «porque dificulta las tareas de gobierno»

A principios de septiembre Tony Blair presentó su autobiografía, «A Journey» (un itinerario/viaje). El libro ha sido diseccionado por la prensa de tal manera que casi ni vale la pena leerlo entero: los trozos interesantes ya los conocemos (¡e incluso han sido frívolamente «twitterizados», reducidos a 818 palabras y escritos como si Blair fuese en realidad Adrian Mole!).

Entre los trozos ampliamente conocidos hay uno que en casa nos ha horrorizado por el cinismo que representa. Es una «quitada de careta total», una patada en el estómago de los principios democráticos dicho así, sin siquiera intentar camuflarlo. Resulta que Blair lamenta solamente dos decisiones en sus 13 años de gobierno, una de ellas la creación de la «freedom of information act», la ley de transparencia informativa, por la siguiente razón: «dificulta las tareas de gobierno».

Esa ley es la joya del movimiento que durante los últimos 5 años se ha venido en llamar «governance» (¿gobernabilidad?), clásico ya en las multinacionales que cotizan en mercados bursátiles estadounidenses (debido a la ley Sarbanes-Oxley), pero en su vertiente ámbito público. Decir que es un impedimento darle acceso libre al ciudadano a la información sobre las decisiones, los gastos, beneficios y consecuencias de las acciones emprendidas por personas que se supone han sido escogidas por el pueblo y actúan en su nombre es una barbaridad, creo que en Atenas se escuchan ruidos extraños y resulta ser Pericles que se retuerce en su viejísima tumba.

Esto es más viejo que los amaneceres. Quien manda tiene la tendencia natural a querer hacer y deshacer a su antojo, sin que nadie se entere o le pueda juzgar. Si no hay manera de controlar al que manda entonces estamos ante un déspota, tirano, que se representa a sí mismo. Solo cuando hay manera de auditar dichas acciones es que al gobernante se le puede hacer responsable de sus acciones cuando de mala fe vayan en contra de los intereses de sus representados.

En fin, triste día para esa cosa inventada por los griegos hace 3.000 años, y para el futuro de las libertades, cuando Tony Blair dejó tan claro que para gobernar lo mejor es hacerlo en condiciones de autocracia y tiranía.

8 comentarios sobre “Fin de una era, la democrática: Blair lamenta la introducción de la ley de transparencia informativa «porque dificulta las tareas de gobierno»”

  1. Seguramente se justificarán diciendo que todo lo que hacen es «por nuestro bien» y que mejor que no sepamos de algunas actuaciones «irregulares».
    La ley de secretos oficiales, los fondos reservados, los organismos (nuestra TIA, la CIA, …) que por necesidad trabajan mayoritariamente en la ilegalidad, conversaciones y reuniones secretas, etc.
    Lo digo muchas veces en broma, pero el tema es serio: la videovigilancia, la intervención de conversaciones y localización GPS de nuestros dirigentes debería ser obligatoria desde la toma de posesión del cargo. Eso sí, con una pulsera/tobillera fashion.

  2. Oooooh, y la cosa está aún peor. Aquí al lado hay una ciudad llamada Stoke on Trent que ha decidido «en las urnas» abolir la figura del «alcalde elegido democráticamente» y han dado las funciones del ayuntamiento a un consorcio opaco y que no rinde cuentas a nadie. El pueblo de al lado, Newcastle, se está planteando hacer lo mismo. Ayer oí entrevistas a neocastilleros en la radio. La gran mayoría estaban a favor de seguir los pasos de Stoke. «What’s the point?» «¿para qué vale eso?» era la respuesta estándar a «¿quieres tener un alcalde elegido democráticamente?»

  3. Eva, la degeneración que la mayoría de politicos actuales están causando a la Democracia puede ser más dañina que un Golpe de Estado (muy impresentable en la UE) para que consiga que se acabe prefiriendo por aclamación una gestión «apolítica» (es imposible) o burlesca tipo Gil y Gil en Marbella o Berlusconi.

  4. Artesano: totalmente de acuerdo. Igual y ya tenemos una oligarquía con circo y todavía insistimos en llamarle democracia.

  5. La propaganda funciona, el descrèdito de las instituciones democràticas tambièn, y la gente, como comenta Eva, avala el despotismo de m … como Blair, o semejantes.

    Tiempos oscuros son estos en donde la gente avala que le vean la cara de idiota.

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