En Barrapunto (largamente olvidado sitio…) me he topado con este documento de Microsoft en el cual se indica el tipo de información sobre sus clientes retenido, así como consejos para las «autoridades competentes» a la hora de pedir esos datos sin que la cosa trascienda a los medios de comunicación.
Im-perdible.
Ojo, aquí no estoy demonizando a Microsoft, porque es seguro que todas las empresas cuya moneda de cambio es la información tienen una política similar, solo que en esta ocasión es ella es la que se ha filtrado.
Brutal. Leemos que la Lower Marion School (LMSD) del Condado de Montgomery, Pennsylvania repartió portátiles entre sus estudiantes (mismito que en ciertas comunidades autónomas españolas). Hasta ahí, todo bien. Lo malo es que en esos portátiles había un troyano en toda la regla que permitía a la escuela activar la Web cam a distancia y así espiar a los alumnos y su entorno.
Cuando les pillaron, ¿cuál fue la explicación? Es por tu seguridad. Lo hicimos para poder atrapar al ladrón en caso de robo del equipo.
Otra vez han logrado dejarme sin palabras… pero con una idea de negocio: producir y comercializar una tapita retráctil chula para cubrir el ojo del portátil, o sea la Webcam, cuando no la estemos utilizando.
No es por nuestra seguridad… es para llenarse los bolsillos. Los fabricantes de esos scanners algo de lobby harán a nuestros mandamases para que los compren a espuertas. Y también es para tenernos aterrorizados y bien mansitos.
Por lo que parece, los del Partido Pirata alemán están tan enfadados con la imposición de los scanners corporales como yo. El domingo 10 de enero una representación se plantó en el aeropuerto de Berlín-Tegel muy ligeritos de ropa.
Nosotros ya lo hemos dicho multitud de veces, así como otros expertos en seguridad de muchísimo más renombre: el dinero invertido en estos engendros de control multitudinario estaría mejor invertido en medidas de inteligencia. ¿Me van a decir a mí por qué si este señor nigeriano estaba fichado por los servicios de seguridad de Estados Unidos y del Reino Unido no se le sometió a un control exhaustivo «a pelo» en el aeropuerto de Schiphol? Fácil: porque la policía está desbordada requisando mi botellín de agua y el biberón de aquella señora, no dan abasto y no se concentran en lo que realmente importa. De juzgado de guardia. ¿De qué vale tanto enviar los datos de los pasajeros a EEUU no sé cuántas horas de la salida del vuelo si luego no se hace nada con la información de que un miembro de Al Qaeda va en el avión? ¿Ven por qué hablamos del teatro de la seguridad para referirnos al paripé que se ha montado en los aeropuertos? Pues nada, más de lo mismo. Solo que ahora el paripé es porno.
Cita genial en este artículo de El Mundo sobre la nueva moda en las escuelas de UK: no dejar que los padres asistan a las actividades de Navidad si no demuestran que no están en el registro nacional de pederastas: «una vez que se institucionaliza la desconfianza, se incita a la gente a llevar las cosas cada vez más lejos».
El MI5, o sea, los servicios secretos británicos, están totalmente en contra de las desconexiones de Internet debidas a temas de derechos de autor. En ese contexto la red, neutra, abierta y transparente para husmear en su tráfico, se convertirá en una pesadilla para ellos: la cantidad de tráfico cifrado aumentará que es un primor.
Leo un articulo de opinión en el NYT donde reflexionan, con ayuda de la EFF, sobre la cesion de datos locacionales en el día a día de una persona corriente, y acaban pidiendo que se definan unos limites al uso que se les pueda dar.
Esto de la sociedad de control se acelera, señores. Leo en El País que la Generalitat está contemplando un sistema de control de ocupación de vehículos que detecta los latidos de corazón presentes en un vehículo, todo ello para realizar un cobro dependiendo del número de pasajeros (la idea es que coches con un solo conductor paguen más para incentivar que los vehículos se compartan y así reducir el tráfico, la contaminación, etc. etc.)
Aunque el objetivo en este caso sea loable, hay que denunciar que el estado se está haciendo de la tecnología que permite ya un sistema de control de la población perfecto… sin que exista manera de evitar que se produzcan abusos en el sistema. Esto está empezando a dar miedo de verdad.
La ciudad inglesa de Swindon mola bastante: desde su ayuntamiento han tenido la osadía de desmantelar cinco radares de control de velocidad. Dicen que no valen para nada, y los han sustituido por algo que les resulta más útil: se recicla la cámara y el sensor de velocidad, pero en lugar de poner un multazo, a quien va rápido se le enciende un cartel luminoso donde se le dice a qué velocidad va y se le invita a frenar.
He pasado por muchos cartelitos de estos últimamente y son infalibles, oiga: a la que el rabillo del ojo ve ese aviso color rojo encenderse, pisas el freno quieras o no. Eso salva a un niño que corre tras su pelota y se te cruza por delante. Una desagradable carta con el multazo quince días después, no.
Tecnologías de la información y la comunicación, libertad individual, derecho a la privacidad. ¿Cómo lograr que los avances en lo primero no afecten negativamente ni a lo segundo ni a lo tercero?