Este es uno de los primeros casos de los que me enteré cuando me comencé a interesar por la relación entre privacidad y tecnología.
En Estados Unidos una persona que se lesionó en un supermercado por resbalar en una zona mojada perdió el juicio contra el establecimiento porque analizando su historial de compra registrado a través del programa de fidelidad («la tarjeta de los puntos»), compraba bebidas alcohólicas habitualmente, por lo tanto lo declararon borracho, y por lo tanto el juez concluyó que el resbalón había sido su culpa por haber estado potencialmente borracho. El charco en el que resbaló parece ser que no tuvo nada que ver…
A este señor, los treinta centavos que se ahorró un día en descuentos por haber acumulado puntos y puntos en su tarjeta de fidelidad le salieron muy caros.
Actualización:
Una referencia sobre la noticia en EPIC (http://www.epic.org/privacy/profiling/), buscad el texto «Von’s Supermarket of California» porque es un documento largo.
Allí se lee:
Supermarket profiles can be used against consumers. For instance, Von’s Supermarket of California sought to introduce «loyalty card» records in a court case where a consumer had slipped and injured himself in the store. Von’s wished to prove that the customer may have been alcohol impaired, and that his loyalty card would show numerous purchases of alcohol. The evidence was ultimately never introduced.
O sea, que ese supermercado intentó usar el perfil de cliente del afectado como prueba en un juicio por resbalón en el supermercado. Parece ser que a fin de cuentas no aceptaron la prueba de la «tarjeta de los puntos» en el juicio, pero lo intentaron.
Yo es que siempre pienso lo mismo: Nadie regala nada, si el super te hace la tarjeta es porque sale ganando. Quizá te ahorres unos céntimos, pero seguro que a la larga gastas más… Lo tienen estudiado, y nadie regala nada.
Tu anécdota va en la misma línea de reducción de «cuota sanitaria» por «mala conducta», como puede ser que por beberte unas cervezas los viernes te digan que no tienes derecho a que te curen el hígado… 😛
Pues yo creo que lo de este señor es un caso aislado.
Las tarjetas de puntos se introducen principalmente para poder estudiar a los clientes. Gracias a ella, pueden ver como reaccionan a los diferentes tipos de ofertas, y la elasticidad de la demanda de cada clase de cliente al aumento de precio de cada tipo de producto. Si la demanda es inelástica, pues precios para arriba y vice-versa.
Vamos, que a la larga gastas más por culpa de la dichosa tarjetita INCLUSO SI NO LA USAS. Otro lo harán por ti, y después de todo, ninguno somos tan diferentes al resto.
A mi tia la denunciaron en el corte inglés por romper un precinto que había entre mucha ropa del probador. Solo por el hecho de haber entrado. Les dio igual que fuera cliente de muchos años, al final tuvo que pagar el jersey mas una multa de 6€ durante 4 meses. Ya por supuesto no entra más, pero ya sabes. Si han robado y luego entras tu, también eres sospechoso, aunque solo vayas a por pan.
Por supuesto no lo había roto ella, sino que ya estaba roto cuando entró. Pagó por lo que había echo otra. Es que creo que no me había explicado bien.
Es mentira, leyenda urbana. Hace 4 años Quim Monzo publico esta anecdota en su columna del dominical del periodico como ejemplo ficticio. COnsultad las hemerotecas,el articulo no estaba nada mal, de los mejores suyos pero fantasioso e irreal como la noticia..un gran ejemplo de leyenda urbana.
en españa existe la LOPD y LSSI para regular esos usos…