En El País publican hoy un artículo de título «Maleteros musulmanes exigen sus derechos». Y es que en el aeropuerto parisino de Charles de Gaulle han retirado el pase de seguridad que permite acceso a zonas restringidas del aeropuerto a unos ochenta trabajadores, y lo único que tienen en común estos trabajadores es… que son musulmanes. Perder acceso a estas zonas ha supuesto la pérdida del trabajo, porque si tu trabajo es acarrear las maletas y no puedes acceder a la zona de equipajes… tu rendimiento cae en picado y tu sueldo de repente deja de estar justificado.
Resulta que un escritor de extrema derecha francés publicó recientemente un libro sobre una supuesta conspiración de las mezquitas de la zona de Roissy (donde se ubica el aeropuerto CDG). Y resulta que Sarkozy, el alto cargo del gobierno francés, le da tanto crédito al libro que ha iniciado esta caza de brujas en base a sus premisas. Ante las quejas, su respuesta fue: «quien se sienta injustamente tratado, que denuncie».
Y eso hicieron ocho trabajadores. Su abogado pidió al ministerio de interior la explicación de por qué se consideró a esos ocho trabajadores como peligrosos. No os perdáis la respuesta:
«frecuenta una mezquita salafista», «se relaciona con una persona que a su vez tiene amistad con alguien que se supone de ideas radicales», «efectúa viajes a Marruecos, Pakistán o España», o «estudió en una universidad yemení»
Vaya, caramba, resulta que es cierto, si los amigos de tus amigos tienen ideas radicales, tú también las tienes. Averiguar y almacenar información sobre quiénes son tus amigos, y quiénes son los amigos de tus amigos, es una violación de tu derecho a la intimidad y a la privacidad alucinante.
Cuando esta información cae en malas manos (mi definición de malas: o bien malvadas, o bien incompetentes como parece ser el caso aquí) las consecuencias pueden ser muy malas para tu calidad de vida. Por lo pronto, estas personas de las que estamos hablando han perdido su trabajo, su salario, su sustento. Y probablemente una buena parte de su dignidad.
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