El blog Destapa el control nos ha concedido el Premio Limonada. Es un honor aceptarlo, por supuesto, en especial en estos días de onda tropical en Inglaterra. Estamos alcanzando los 18 grados y ya hay gente que va por la calle sin camiseta, así que una bebida refrescante es bien agradecida 🙂
Es este un premio generoso, porque al recibirlo se generan como por arte de magia cinco instancias del mismo que hay que repartir. Estos son los agraciados receptores de mis cinco «forks», en ningún orden en particular:
- Versvs blog. Es el blog hermano de ¿Quién vigila el vigilante? y debería ser de lectura diaria para cualquier persona que se precie de defender su libertad.
- Chino Chano. El primer blog sino-aragonés del que tenemos noticia. Ahora en serio, Antonio, el editor, trata temas de actualidad del gigante asiático desde una perspectiva muy poco habitual: ¡la del conocimiento de causa! Por eso y por ser tan agradable y buen tipo se ha ganado mi Limonada.
- La sombra de Pululante. Otro viejo compañero de fatigas en la defensa de la privacidad. Este blog ha evolucionado y ahora defiende sobre todo ideas liberalistas. No estoy de acuerdo en muchas de las cosas que comenta Pululante, pero eso es lo bueno con las buenas conversaciones: que se respetan los respectivos puntos de vista.
- Asuntos Legales y Científicos (ALyCie) es más que un blog. Es un faro que alumbra en las procelosas aguas del océano de la normativa de Calidad, Medio Ambiente, Salud, Seguridad y todas esas cosas que (afortunadamente) tienen que cumplir las empresas para desempeñar su actividad de modo legal y responsablemente, en el marco de la llamada «responsabilidad corporativa».
- BITacora es el blog de Félix Haro, abogado especialista en derecho y nuevas tecnologías. Puesto que la ley es la única manera que tiene la «sociedad» de lograr que las empresas (y las personas) se comporten de manera responsable (por eso mis comillas antes… la «responsabilidad corporativa» no es más que ponerle un lacito verde a algo que debería darse por supuesto: cumplir con la legislación vigente), leer a Félix es aprender sobre dichas leyes, su impacto, sus niveles de cumplimiento… y sus «gaps», quizás lo más importante.