Leemos en The Independent que James Purnell, ministro de trabajo y pensiones, se dejó un montón de papeles confidenciales en el tren durante un desplazamiento entre Macclesfield y Londres.
Si despiden al desafortunado informático de Atos Origin, exijo que a este también le den una patada en el culo.
Al menos en Reino Unido los ministros viajan en tren. Aquí si se olvidan los papeles solo se enterará el chofer oficial.
Sí, eso la verdad es loable. En España ya no los ministros, sino incluso los pinchurrientos carguitos de los gobiernos autonómicos con una cuota de poder (e importancia – pero no sueldo) mucho menor se tunean sus limos que no veas.