No sé qué pasa que cuando voy a Inglaterra algo pasa siempre. La conversación del día para todo el mundo: el que te pone el café, el compañero de la reunión, el taxista, ha sido la vergonzosa pérdida de los datos personales y bancarios de ¡¡¡veinticinco millones de ciudadanos!!
Parece ser que entre Hacienda y el departamento de auditoría de la administración pública se han estado enviando p’arriba y p’abajo CDs con la información fiscal de decenas de millones de ciudadanos, a través de una empresa de mensajería privada (DHL) pero a lo cutre, sin ni siquiera usar el “return receipt” que dicen ellos, el certificado, que decimos nosotros. Eso sí, “password protected”, como dicen en los periódicos. Parece ser que eso es la técnica habitual. Lo nuevo esta vez es que se les ha perdido el paquete. Eso pasó hace unos días y los implicados estaban esperando a que “apareciera”, pero la información sobre el desaguisado se ha filtrado y no han podido esperar más: hasta Gordon Brown, primer ministro del país, ha tenido que salir a pedir perdón a la ciudadanía. (Me imagino al empleado de DHL que dio el soplo a los criminales que sean que le compraron los datos partiéndose de risa leyendo que altos cargos del gobiernos “seguían esperando que apareciese el paquete”).
Y se ha liado, claro. La prensa sensacionalista (y la seria también) ponen tremebundos titulares (y con razón). En la oficina he estado hablando con algunos colegas de profesión y todos somos unánimes en que lidiar con estas cosas de la seguridad y protección de datos “cuando no hay un problema” es un martirio porque solamente estamos al corriente de la importancia del tema los 4 profesionales del sector, pero los que manejan el presupuesto y el látigo, gente con una formación buenísima en finanzas, marketing o lo que sea, pero no necesariamente en tecnologías de la información, siempre, siempre te dirán que de qué coño estás hablando, que proteger los datos es una pijotada y que mejor te dediques a trabajar de verdad. Y si así está el patio con los ingleses, que otra cosa no tendrán (como sol, jamón serrano y derecho a la copia privada sin ánimo de lucro), pero una tasa de adopción de tecnologías superior y de paliza a la nuestra sí, esto es lo que dicen los profesionales del sector (y me consta porque yo también lo he vivido en mis propias carnes), pues cómo será en España.
Por cierto, que han habido avalanchas de clientes en los bancos creando nuevas cuentas, cancelando las anteriores y haciendo movimientos, increíble. Las sucursales no dan a basto y mira que yo normalmente no soy clemente con los bancos, pero esta vez una “cagada” de la administración pública británica les va a costar millones de libras esterlinas en horas invertidas en este tipo de transacciones que no se hubieran producido si no se hubiesen perdido estos datos. Y si se producen “robos” (o fraude), el código bancario británico obliga a los bancos a devolver el dinero traspapelado al titular de la cuenta. Menudo “palo”. ¡Ah! Por cierto. Que aquí sí que ha asumido alguien la responsabilidad y ha dimitido. El director de Hacienda, origen del paquetito, nada más y nada menos.
Normalmente los couriers, no suelen perder las cosas, pero cuando las pierden, las pierden de verdad, pues si aparecen, tendrían responsabilidades. Además, puede que en la declaración del seguro, figurase: sin valor comercial.
¡Salud!
En la conferencia que asistí el pasado lunes sobre la seguridad de la información, se comentó el tema y me pareció sorprendente.
El ponente comentó que se podría haber solucionado, cifrando los 2 cd donde iba la información. Hay veces que las medidas de seguridad que se deben utilizar para proteger la información no tienen que ser muy costosas.
Podeis ver el post de la conferencia en :
http://derechodelastics.blogspot.com/2007/11/charla-sobre-seguridad-en-los-sistema.html
Un saludo y muchas gracias por regalarnos esta magnifica página,
Torino
http://derechodelastics.blogspot.com
¡Hola Torino!
Gracias por la visita y sobre todo gracias por el comentario.
En mi trabajo trato con la administración británica y nos exigen que les pasemos «datos sensibles». Tú no sabes lo demencial de la situación que vivimos con ellos. Te dicen: dámelos de manera segura. Les dices: vale, voy a usar tal y cual software de encriptación, pero acordemos unas claves. Y te dicen: no tengo por qué darte ninguna maldita clave. Es problema tuyo. Pero dame los datos de manera segura. Y vuelta a empezar… auténtico diálogo de besugos. Ya les gustaría a los británicos tener el cuerpo de funcionarios informáticos del gobierno de España. Yo conozco a un par y puedo asegurar que son profesionales como la copa de un pino. Es una de las pocas veces que puedo decir tranquilamente: esto de que dos ministerios se intercambien datos sin un protocolo seguro aquí en España no pasaría.
Saludos 🙂