Anoche fui al cine a ver Leones por corderos, la última película de Robert Redford protagonizada por él mismo, Tom Cruise y Meryl Streep. Sabía que era crítica con el momento político y social actual en Estados Unidos (y por extensión en el mundo occidental y acomodado) y había leído un par de muy buenas críticas. Pero no me esperé el impacto que finalmente tuvo la película en mí. Un golpetón fuerte, seco, en pleno plexo solar, que todavía me tiene entre alelada, pensativa, sin aire en los pulmones. 24 horas después de verla.
Y eso que me considero una persona con los ojitos bien abiertos y razonablemente informada sobre el mundo en que vivo y bastante crítica con él, por cierto.
No os digo más. Os invito a verla (en Barcelona y entre semana con el carnet de la biblioteca hacen descuento en las salas de versión original Yelmo Icaria y salas Verdi, hace más accesible el precio prohibitivo del cine en mi ciudad) y ya me contaréis.
“Nunca se habían visto semejantes leones (soldados rasos/ciudadanos) liderados por semejantes corderos (generales/los que ostentan el poder)”.
De Leones por Corderos, tiene muchas lecturas y … acaso, … ¿dice mas verdad el que miente? o ¿el que está engañado? 0 ¿el que se compromete sin conocer la dirección del compromiso?
Lo dicho, demasiadas lecturas.
Efectivamente, la película tiene muchas lecturas. Puedes reflexionar (y conversar) al respecto tantas horas como quieras.