¿No te gustan las normas de publicación de la red social que usas? Pásate al Indie Web

Hoy leo que hay revolución «YouTuber» porque a ese colectivo le fastidian las nuevas normas de contenidos del sitio donde cuelgan sus, digamos, ocurrencias: si un vídeo no es del agrado de YouTube, no se mostrará publicidad y por lo tanto estos nuevos artistas (o algo así) no ganarán ni un euro por las visitas que ese contenido reciba. Censura, gritan, y se desahogan con pataletas que van de lo algo divertido a lo altamente ridículo.

Además leo que en Noruega un director de periódico «serio» se queja de que los «cutres» de Facebook le censuren la famosa foto de la «niña del Napalm». Ya se sabe, el «machine learning». Está muy avanzado, claro está, pero donde hay una niña desnuda que llora, el algoritmo ve a una niña desnuda que llora (pornografía infantil), no una foto icónica de la historia del periodismo (cultura y tal).

Pueden patalear todo lo que quieran, pero la lógica aplastante siempre está presente, aunque sólo a veces los que deciden ignorarla se pegan de bruces con ella. Facebook es de los accionistas de Facebook. YouTube es de los accionistas de Google/Alphabet. Estos propietarios hacen lo que quieren con sus productos. Lo que quieren o lo que más les conviene o una mezcla de ambas cosas. Y si ambas empresas le dan importancia a (1) cuidar su imagen pública en un momento en que lo políticamente correcto es incuestionable y (2) minimizar riesgos y costes de denuncias debido a ciertos contenidos, pues aplicarán las normas que tengan que aplicar para filtrar contenidos que consideren perniciosos para ellos.

Aquí lo hemos tenido claro desde siempre. Si quieres ser propietario absoluto de tus contenidos, si quieres controlar qué se publica y cómo, con la legislación vigente como único límite (a menos que seas un criminal, claro), te lo tienes que hacer tú mismo. Contrátate un hosting, instálate un gestor de contenidos, publica como si no hubiese mañana. A esto se le llama la «Indie Web» entre los que abusamos del inglés. Una vez hecho esto, usa las redes sociales más conocidas donde puedes «pescar» seguidores para «mover agua hacia tu molino». Eso sí, no esperes que se te financie el «estilo de vida» de esta manera…

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