(vía artículo en The Independent)
Discrepancias entre la policía y los responsables de videovigilancia del metro de Londres. Los primeros dicen que ninguna de las 4 cámaras que pudieron filmar el evento (por llamarle de alguna manera) funcionaban.
El personal de la empresa que gestiona el circuito de CCTV en esa estación del metro (Tube Lines) dice que no tiene constancia de incidentes o averías en las cámaras de ese vagón / estación (Stockwell) ese día.
El pastel se destapó cuando aparecieron fotos del cadáver, que ni mochila, ni abrigo abultado en plena canícula.
Está claro, chicos y chicas: detrás de toda cámara hay alguien que mira. Y si ese que mira decide que no se tiene que ver, pues no se verá.
Como dirían en México: ¿¿seguridad?? ¡mangos!