Contra la infoxicación, el decrecimiento

Las cosas del mundo se mueven como el corazón: sístole/diástole, y vuelta a empezar.

Muchos nos hemos estado dando un atracón de información desde que, a partir de mediados de los 90, Internet empezó a estar disponible en todos los hogares.

Las consecuencias: cabeza abotargada de datos, correo personal desbordado, mucho tiempo dedicado a separar el trigo de la paja, poco tiempo para analizar y sintetizar, riesgo de caer en el puro anecdotario. Desarrollo de insomnio y verborrea incontenible. Y quizás lo peor… un rastro digital indeleble (de momento) que perfila peligrosamente bien nuestras ideas e intereses.

Al menos para mí, y creo que para otras personas, ha llegado la hora de ponernos a dieta. Bajas en multitud de servicios sociales que usamos poco o nada, cancelación de subscripción en innumerables newsletters (¿por qué cada vez que compras algo online el comercial te apunta a la suya?), purga sin compasión de las fuentes de información agregadas en nuestro lector RSS favorito…

Ha llegado la hora de cambiar cantidad por calidad, dejar la dispersión y optar por el enfoque. ¿Será una moda pasajera típica de septiembre, como apuntarse al gimnasio, o los que estamos intentando decrecer lograremos de verdad desinfoxicarnos?

6 comentarios sobre “Contra la infoxicación, el decrecimiento”

  1. Mmmm yo no me propuse nada de eso, pero esta semana ya borré 10 feeds, claro que también añadí un par de ellos porsiaca son lo bueno que parecen 😉 Creo que es un buen objetivo ese de no perder del todo el norte y procurar ir quitando el lastre posible a la info que recibimos… lo contrario es agotador, aún cuando sea imperceptible a primera vista. Agotador.

  2. Yo he tardado ¡¡tres semanas!! en meter en cintura el correo personal. He cancelado más de una docena de suscripciones en listas de distribución. Lo bueno de la experiencia es que todas menos una han tenido un mecanismo sencillo para darse de baja (y la que falló daba una petada de página ASP que creo no era voluntaria…). Sin LOPD (y leyes equivalentes en UK y EEUU) anda que hubiese sido esto así de fácil…

  3. A mi de vez en cuando me da también por sanear, es que si no las «cosas virtuales» te comen. Gigas y gigas de cosas que nunca vas a mirar acumuladas en DVD y discos duros, chorrocientos feeds que ya nunca lees, cientos de notas y enlaces «por si alguna vez los necesito». Al final requiere una mayor inversión de tiempo el organizar las cosas que el disfrutarlas.

  4. El atracón informativo puede compararse con el atracón alimentício. Como decía mi abuela, poco pero bueno y como dicen ahora los dietistas, alimentación variada.
    Todo esto es una faceta más del enfoque vital: lentitud y buena digestión frente a los agobios, selección frente al consumo masivo. O como está de moda: Slow Life.

  5. Para liberar un disco duro portátil que necesitaba para algo más, ayer tuve que hacer un backup de mi backup. 110 GB de… ¿información o basurilla? Tarea colosal: solo devolver al disco duro original las cosas que sí quiero guardar. Por muy cínica que sea, ¡no me quiero convertir en Diógenes!

  6. Bueno, me pasa con frecuencia que lo que ya sabía, lo han cambiado y ya no me sirve. Todo se vuelve a definir una y otra vez, así que la cultura, no es de guardar, sino actualizar y buscar se ha convertido en LA rutina.
    Todo es ultra nuevo constantemente.

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