Con este post nos unimos a la campaña #weareatwar
Mi pequeño granito de arena viene desde el ámbito corporativo. Primero os comparto una inquietud (en realidad, algo que me molesta bastante – intentaré no ser demasiado cínica, porque la campaña va precisamente de no serlo) y después la manera de darle la vuelta a la situación usando elementos que están totalmente en nuestras manos. Ahí va…
La situación
Escojan una multinacional al azar. Vayan al Org Chart, identifiquen al CIO (chief information officer, o vicepresidente de informática, como prefieran), búsquenlo en Linkedin y léanse su perfil. Es prácticamente seguro que el tipo o tipa en cuestión NO tiene un background técnico, y si lo tiene, seguro que no es en tecnologías de la información. Directores de ventas, de marketing, más típicamente contables/controllers… Muchos de ellos jactándose de no tener ni piiip idea del área que (supuestamente) dirigen, orgullosamente afirmando que no saben lo que es un servidor, ni tienen por qué saberlo, son los que rigen nuestros destinos. It’s all about providing value to the business, baby. También rigen nuestros objetivos. Nuestras prioridades. Nuestras deadlines. Impossible is nothing. Siendo conservador no se llega a la cima.
El análisis
LA CULPA ES NUESTRA. Nuestra. Nuestra. Solo nuestra.
He conocido a informáticos que conocen mejor que el propio área de negocio sus procesos de trabajo (ya saben, si tú eres quien programa la herramienta de gestión, has de conocer el detalle hasta el último punto y coma) y sin embargo, es difícil, bordeando en imposible, que alguien salga de un departamento de informática y pase a liderar un departamento operativo (o comercial, o de marketing, o de lo que sea). He de añadir que para acceder a puestos ejecutivos (y VP de informática lo es), una multinacional requiere personas con una exposición lo más amplia posible a todos sus ámbitos de actuación. De ingeniero en una planta de producción a vendedor técnico, a jefe de ventas, a country manager (con responsabilidad sobre una cuenta de resultados), a director de algo, a vicepresidente de lo otro – ese es un plan de carrera típico de ejecutivos. Programador a analista a arquitecto a jefe de departamento a vicepresidente de informática es más raro que encontrar un gorila blanco. Lo descartaremos como una opción de hacer carrera hasta la cima. Y no me parece ilógico. Un puesto ejecutivo es mucho más sobre politiqueo, sobrevivir rodeado de tiburones, tener una buena visión holística de la organización, que sobre excelencia en un área en particular. Para proporcionar esa excelencia que solo da el talento y la experiencia tienes a tus subordinados. Que no tienen ni tu bonus, ni tu cochazo, ni nada de esos símbolos de estatus que marcan a un ejecutivo.
Los informáticos tenemos un problema de actitud. Nos pirran los cacharritos, nos gusta lo que hacemos. Muchas veces no nos sentimos cómodos (para ser justa, debería decir TAN cómodos) haciendo tareas para las que NO tenemos cualificación específica. Somos profesionales de la informática, nos gusta diseñar, analizar, construir, y pensamos que es ahí donde podemos prosperar a base de excelencia. Lógico, ¿no? Pues no… Pero hasta que no lo entendamos, no nos “tiraremos a la piscina” cuando pasan por delante de nuestras narices oportunidades que nos sacarían de nuestra zona de confort.
Consejo número uno: Aprende lo más posible sobre la empresa a la que trabajas. Nada de “un SAP es un SAP ya sea en una yogurtera como en una automotriz”. Y si se da la oportunidad de pasar un tiempo fuera de Informática… NI TE LO PIENSES.
Vale, ya estás fuera. Estás en el mundo real. Pero mucho cuidado. Porque nosotros hacemos bien cosas que nadie más sabe hacer. Por eso, etiqueta al canto. Llevas Informático escrito en la frente con tinta indeleble (aunque ahora seas jefe de logística). Eres el que arregla PCs, el que sabe qué piip le pasa al email hoy, la persona a la que “pedir un favor” antes de llamar al infame departamento de Informática para reportar un problema.
Consejo número dos: DESLÍNDATE de la informática. Intenta, con mucho tacto, eso sí, no convertirte en el departamento de informática encubierto. Sin ponerte borde, no des nada de soporte a no ser que sea algo tontísimo. Más: cuando haya un problema, muérdete los labios y no des el diagnóstico resultado de la ingeniería inversa que has hecho en tu cabecita (veo que me están enchufando 15.000 parches de seguridad en mi ordenador esta mañana, seguro que lo lentorro del sistema es porque se lo están haciendo a todos los demás y están colapsando la línea. VERBOTEN! FORBIDDEN! ¡PROHIBIDO! ¡No abras la boca!). Y no, por el amor de Dios, NO HAGAS INFORMES atacando directamente a la base de datos con tus credenciales antiguas de técnico. Ni se te ocurra hacer “un Access rápido” para semi-automatizar un proceso manual que te toca las narices. Y si lo haces, hazlo en secreto, hazlo para ti. Pero que no se enteren. Si no sigues estos consejos, ese cartelito en la frente no se te borrará jamás, y olvídate de cualquier posibilidad de prosperar. Porque, y esto es importante, si estás haciendo de “informático encubierto” entonces no estarás haciendo lo que se supone que tienes que hacer como “jefe de logística”, y estos objetivos son los que te llevarán a tu siguiente escalón profesional, no “las castañas tecnológicas que le saques al departamento”.
Ya estás en un puesto de responsabilidad. Ya te has acreditado como una persona de experiencia, polivalente, disciplinada y que conoce al dedillo las reglas de negocio. Eres director, vicepresidente… directivo. Aquí haznos a todos un favor. MUESTRA ORGULLO FRIKI. Ahora sí, utiliza todo lo que sabes. Probablemente a estas alturas del partido eres incapaz de escribir un “Hello World” en Java, no te acuerdes exactamente de las fórmulas que te dan el espacio total de disco en un RAID 5, pero seguro que entiendes los conceptos y la complejidad de todo el “hype”, toda la palabrería de gurú con la que los ejecutivos se sienten cómodos. Sabes lo que es el Cloud Computing. Sabes lo que es Big Data. Sabes lo que es SaaS. M2M, Internet de las cosas, qué sé yo. La importancia de los estándares. Sabes identificar y evaluar los pros y los contras tanto del lado de negocio como del lado técnico. Destaca, brilla, toma decisiones acertadas. SAL DEL ARMARIO COMO TECNÓLOGO. Sé faro de tu organización, sé ejemplo para los informáticos que van subiendo. Solo entonces, solo si surgen muchas personas con este perfil y trayectoria, podrá la profesión informática dignificarse en el entorno empresarial.
¿Y sabéis qué?
ESTÁ TOTALMENTE EN NUESTRAS MANOS.