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La relación entre empresarios y políticos puede ser peligrosa

El viernes saltando de blog a blog me encontré con una noticia de octubre del 2006 que me ha llamado muchísimo la atención. En otro ejercicio de demagogia y palabrería barata, a Rosa García, presidenta de Microsoft Ibérica, no se lo ocurrió nada más que decir que…

«la relación entre políticos e internautas puede ser peligrosa.»

Pensé que quizás los internautas suframos de dengue y lo podamos contagiar a los políticos, de ahí la peligrosidad del contacto, pero al leer la entrevista (nota en 20 minutos) vemos que esta maravillosa señora opina que los políticos se pueden confundir y pensar que lo que digamos los internautas tiene relevancia, pero que no la tiene, porque somos un grupo muy determinado de personas con ideas muy intensas y que no necesariamente reflejamos el pensar, o compartimos intereses, con la ciudadanía, y que por eso podemos influir a los políticos sin ser nosotros representantes de la ciudadanía.

Hacía mucho tiempo que no escuchaba una sandez tan grande. Por la misma regla de tres, considero y proclamo a los cuatro vientos que «la relación entre empresarios y políticos puede ser, y es, peligrosa», y no porque los empresarios sean un colectivo muy particular no necesariamente reflejo del sentir de la ciudadanía, sino porque a los empresarios, sobre todo si trabajan para multinacionales, les importa un carajo el interés de la ciudadanía; lo que quieren es engordar la cuenta de resultados de su empresa, y eso sí es una verdad de la buena.

Pero lo preocupante del asunto es que la señora esta no es tan idiota como parece. En realidad es muy lista. Está claro que al poder establecido no le interesa en absoluto que grupos de ciudadanos con un fuerte interés en un tema expresen su opinión o conocimiento sobre el mismo. Como saben de qué hablan, no son manipulables. Al grueso de la ciudadanía, en cambio, se le puede manipular fácilmente sobre un tema concreto, porque el 99% de ellos o no lo conoce, o no le interesa. Pon 4 anuncios en la tele con un mensaje machacón, y les crearás una opinión, luego les enchufas un referéndum y encima se creen que «lo han decidido ellos». Incluso puedes hacerles creer que Vista hace que sus ordenadores funcionen mejor… ¡Wow! Eso sí tiene mérito.

MyLifeBits: Toda tu vida equivale a 1,1 Terabytes, y está disponible en la Web

A través del Gadgetoblog llegamos a un interesantísimo artículo de Scientific American que narra la experiencia de un investigador de Microsoft, Gordon Bell, en su empeño por registrar digitalmente todos los aspectos de su vida.

Esta idea no es nueva en absoluto. De hecho, ella es la inspiración tanto del bisabuelo como del abuelo de la World Wide Web (Vannevar Bush y su Memex por un lado, y Ted Nelson y el hipertexto por el otro). Ambos científicos buscaban una manera de recopilar las memorias de una persona y organizarlas de una manera similar a cómo funciona la mente, en especial cómo relaciona ésta los pedacitos de información que son nuestras vivencias. Hasta muy recientemente todo esto eran ideas sin aplicación (con la honrosa excepción de la World Wide Web) debido a imposibilidades técnicas de almacenaje y captura. Pero hoy en día, con el precio del Terabyte rondando los 600 dólares, y con los avances en dispositivos móviles, se acerca la hora de la verdad para este concepto.

Bueno, pues en el 2001 Microsoft lanzó el proyecto MyLifeBits para proporcionar a Gordon Bell las herramientas tecnológicas que le permitieran recoger y utilizar de manera efectiva todo ese marasmo de información. No es poca cosa: Se registran todas sus llamadas telefónicas, de fijo y de móvil. Se registran todos los emails, conversaciones de mensajería instantánea y páginas Web visitadas. Además, gracias a un GPS y una cámara muy inteligente (la SenseCam), se toman fotografías de todas las personas con las que se encuentra Gordon y las etiqueta automáticamente con día, hora, y ubicación exacta. La cámara dispone de sensores de calor que adivinan si se acerca alguien, o si Gordon cambia de estancia, y en ese preciso momento, ¡foto! También se pueden capturar bajo demanda (o sea, hacer una foto como el resto de los mortales solemos hacer). Gordon además va «cableado» y un montón de sensores capturan sus constantes vitales 24 horas al día.

Los retos técnicos para poder utilizar todo esto son muchos: uno de ellos, el marcaje con metadatos de cada uno de los objetos registrados, para hacer al menos posible la búsqueda entre tanta información para los objetos que no son de texto. El reconocimiento facial también, para que no sea pesado etiquetar tanta foto con el nombre de quien aparece en ella. Otro, la transcripción del lenguaje natural para poder buscar dentro de conversaciones habladas. Y finalmente la aplicación de inteligencia artificial para construir un agente inteligente capaz de gestionar toda esta información de manera útil para la persona cuya vida está siendo registrada.

De los retos filosóficos y de profilaxis se habla poco, la verdad. A mí se me ocurren unos cuantos relacionados con la privacidad. Porque cuando algo se digitaliza, intentar que este algo no se distribuya por la red de redes, Internet, es como ponerle puertas al campo, y no hay encriptación suficientemente fuerte o cortafuegos suficientemente alto que lo evite. Los autores dicen que esto en realidad se soluciona con «interfaces de usuario mejoradas». Siendo investigadores de Microsoft me pregunto, ¿acaso van a añadir una ventanita que diga «¿está seguro de que está seguro?», o qué? Hablan un poquito de que a algunas personas no les gustaría que ciertos datos de su vida se utilizasen en su contra en algún proceso legal, y para eso proponen un «offshore data storage account», o sea, «una cuenta de almacenamiento en un paraíso fiscal». Qué mal huele y qué enfoque más chapuzas para un problema de concepto importante, ¿verdad? También se habla de los conflictos de propiedad intelectual en los datos grabados (por ejemplo si grabas lo que te pasa mientras estás en el trabajo. De lo que pasa si te metes con una cámara en el cine no hablan, pero es lo mismo). Para esto proponen un proceso que haga «lobotomías parciales», a lo mejor usando el GPS para saber que en el trabajo (o en el cine) no se tiene que grabar. Solo de oirlo se me pone la piel de gallina. ¿lobotomías parciales? Ojalá y no se enteren en mi trabajo, ¡¡¡igual se les ocurre hacerme «lobotomías parciales» de mi único disco duro integrado, «mi cerebro» cuando acabo la jornada laboral!!!

Cuando comencé a interesarme en esto de la privacidad, allá en el año 2004, ideas locas como estas, que debido al espectacular avance de las TIC se convertían en posibilidad, son las que no me dejaban dormir por la noche y las que me empujaron a hablar y hablar y hablar del tema. Conocer la existencia de estos proyectos, ya avanzados y con una financiación considerable, que tocan tan de refilón el tema de los debates éticos y filosóficos (o cuando los tocan es para banalizarlos), es lo que me empuja ahora a querer dejar de hablar (o solamente de hablar) y pasar, yo también, aunque con muchos menos medios, a la acción.

Microsoft: un PC que lee el pensamiento

En el número de otoño del 2006 de la revista de Microsoft Perspectivas han conseguido indignarme pero de verdad. En un artículo titulado Un PC más humano, nos hablan de una de las líneas de investigación más candentes de Microsoft. En sus propias palabras:

«Un ordenador que comprende los estados de ánimo de su usuario y sabe cómo reaccionar ante la frustración o el cansancio. Microsoft Research diseña un nuevo concepto de PC en el que la empatía está incluida en el listado de aplicaciones».

Leemos:

«Los mails se acumulan en la bandeja de entrada, mientras que la lista de tareas pendientes no hace más que aumentar. El cerebro del usuario, centrado en una tarea complicada y absorbente, empieza a acusar el cansancio y necesita un entorno cada vez más silencioso y sereno para llegar a los niveles de concentración idóneos. No hay problema: su PC, como si de un amigo atento y solícito se tratara, comienza a dosificar sus correos electrónicos y sus llamadas hasta que detecta, mediante una interfaz conectada al cerebro de su usuario, que las exigencias de concentración y exclusividad han vuelto a la normalidad

What The Fuck con todas las letras!!!!!!!!!!! ¿En qué estarán pensando? Vamos, ni de coña debemos aceptar que nos conecten el PC al cerebro. ¿Qué va a pasar cuando gracias a lo seguro que son los sistemas de Microsoft, lo hackeen? ¿el troyano de curso va a lograr que el usuario se ponga a bailar la Macarena en contra de su voluntad? Y si el PC es del trabajo, ¿qué? ¿¿¿va a tener Recursos Humanos un análisis detallado de a qué se dedica mi actividad cerebral en horas laborables??? Cuando «ficho» controlan dónde está mi cuerpo en horas de trabajo. Monitorizando mi correo electrónico y tráfico de internet y gracias a los constantes escaneos del disco duro y hasta quién sabe qué extraño keylogger, saben a qué dedico el tiempo mientras uso el ordenador del trabajo. ¿¿NO LES ES SUFICIENTE, QUE AHORA SE QUIEREN METER EN MI CABEZA??

Microsoft tapa un problema de seguridad tremendo en Windows Mobile / ActiveSync… y la gente se les echa a la yugular por ¡¡¡TAPARLO!!!

Leemos en el blog del equipo de Windows Mobile la confirmación a lo que algunos habían experimentado con gran dolor: en la versión 4 de ActiveSync, el software que se utiliza para sincronizar los dispositivos PocketPC con tu PC de sobremesa, han retirado la funcionalidad de sincronizar ambos dispositivos a través de WiFi.

Nos explican que en realidad lo que han quitado es la sincronización a través de Ethernet (la WiFi, -o mejor dicho el 802.11a/b/g- no es más que una Ethernet inalámbrica), y la explicación es clara y lógica: como ActiveSync nació para sincronizar a través de un cacho de cable que unía PC y PocketPC -por puerto serie o por USB), pues no había medidas de seguridad en el proceso, es decir, que ni se encriptaba el tráfico, ni se requería una autenticación seria de usuario.

O sea, que la información que se sincronizaba (que incluye ni más ni menos tus correos electrónicos, tu lista de contactos… vamos, un buen puñado de datos personales) si lo hacías a través de WiFi, era fácilmente legible para cualquiera que quisiera «olfatear» el tráfico WiFi.

Lo curioso (y que comentan en el post) es que la gente no se ha tirado a la yugular de Microsoft por permitir semejante bestialidad-agujero de seguridad durante años, no… ¡¡se les han tirado a la yugular por quitar la funcionalidad!!

Si ya lo dice Pululante… a la gente le importa un pimiento la seguridad de sus datos y la privacidad.