Leemos en CNet News que una empresa de outsourcing, Colt Express Outsourcing Services, ha sufrido un robo de datos personales de sus clientes corporativos. Estos clientes, entre los que se encuentra Google, subcontrataban a Colt los servicios de Recursos Humanos.
Parece ser que todos los empleados de Google cuya antigüedad en la empresa se remonta a antes del 2006 están afectados. Los datos son los habituales: nombre, dirección, número de seguridad social. Suficiente como para poder ser afectados por casos de robo de identidad, y desde luego con todos los números para entrar en todas las listas de spam y publicidad no deseada. Pobres tipos.
La cosa es triste, porque Google ya había rescindido el contrato de servicios con esa entidad. El problema es que no se aseguró de que todos los datos acumulados por Colt durante sus años de servicio hubiesen sido eliminados en el momento en que se acabó la relación entre ambas empresas. ¿O estaban esos datos sujetos a algún tipo de retención de datos por requerimiento legal? En las fuentes consultadas no se informa de ello.
Bueno, todos podemos aprender lecciones de este desagradable incidente: en todas partes cuecen habas, incluso en la empresa pionera en tratamiento de información, Google.