La noticia: una escuela inglesa inserta chips RFID en los uniformes para controlar su asistencia a clase.
Paso de hablar del tema de privacidad. En este caso voy a tratar del tema «pagar una pasta para que traten a tus hijos como ganado». Y conste que tengo un especial cariño por las ovejas, mirad mi avatar a la derecha para comprobarlo, pero lo cierto es que una característica del ganado es que los individuos que forman parte de él son indistinguibles, y por eso desde tiempos inmemoriales se les marca (con una mancha de pintura, por ejemplo) para al menos saber de quién es cada animal. Los niños no deberían ser como ganado, son seres humanos, y en las escuelas se les tiene que tratar como tales, el profesor tiene que ser consciente de que le falta un niño, y para que esto pase las clases tienen que ser de un tamaño reducido (idealmente menos de 20 chavales por grupo) y el profesor ha de ser un profesional motivado y bien remunerado.
Marcar a los niños con un chip RFID es intentar convertir a esos niños en productos indistinguibles, es convertir la escuela en una simple cadena de suministro, como una planta enlatadora de atún. Cualquier análisis coste-beneficio de una implementación de RFID se apoya en el objetivo de poder automatizar más, para poder producir más y más rápido sin que se produzcan pérdidas de stock en tu cadena: que no pierdas ni atunes ni latas. En el caso de los uniformes, igual que en el de los enfermos de Alzheimer internados en un sanatorio que ya comentamos el invierno pasado, el único objetivo de esto es poder industrializar algo que por definición debería ser realizado de manera personalizada: la educación de los niños o el cuidado de un enfermo con autonomía cero.
Que no te «vendan la moto». Si le ponen un chip a tu hijo, es para masificar su educación.
Y además, no subestimes su inteligencia. Si quiere «hacer campana» (faltar a clase) para drogarse, o cualquier tontería que te diga el director del cole para asustarte primero y convencerte de que «el chip es muy útil por su seguridad» después, le basta con dejar la prenda con el chip en el cajón de su pupitre. Así que si quieres asegurarte de que tus críos van a clase, llévalos a un buen colegio (público por ejemplo) donde los profesores lo dan todo y más por el buen aprovechamiento de su grupo; ve a las reuniones de la escuela; apoya a tus hijos en sus actividades extraescolares, estate al pendiente de sus problemas y de sus avances. Eso no lo puede suplir ningún chip por muy RFID que sea.
En The Register: http://www.theregister.co.uk/2007/10/22/kid_chipping_doncaster_go/
En El Mundo: http://navegante2.elmundo.es/navegante/2007/10/23/gadgetoblog/1193125396.html
Lo vi ayer pero no he tenido tiempo de comentarlo. Nada que añadir a tu comentario, es justamente eso: nada puede suplir la atención humana.
Es como ponerle chip a gente con Alzheimer, no seáis animales: si una persona tiene alzheimer lo que necesita es trato humano, no que despidan a los enfermeros y le pongan un chip.