Leemos en la newsletter de Spychips (http://www.spychips.org) que el congreso y senado estadounidense están por aprobar una ley por la cual se requiere estar en posesión de un "carnet de conducir" para poder tomar un vuelo y acceder a edificios públicos, por ejemplo.
En la práctica, esto significa que todos los ciudadanos van a requerir un documento de identidad, por lo que se entiende que este proyecto supone la creación de un documento de identidad obligatorio, así como una base de datos con información de todos los ciudadanos. En la actualidad, como en el Reino Unido, esto no existe. En el Reino Unido hay un movimiento bastante fuerte en contra: No to ID (http://www.no2id.org).
La polémica está servida también en Estados Unidos.
Más sobre la Real ID:
Artículo de Schneier: http://www.schneier.com/blog/archives/2005/05/real_id.html
Artículo en Cnet: http://news.com.com/FAQ+How+Real+ID+will+affect+you/2100-1028_3-5697111.html
Artículo en la Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/REAL_ID_Act
El estado de Maine ya lo rechazó, pero el gobierno de los EEUU siguió adelante (Wired).
De hecho se desvelaron parte de las especificaciones (pdf).
No pinta nada bien, pero es consecuencia inherente a la globalización: Un sistema que permite libre circulación de dinero, empresas y productos pero no de personas (no sea que los colombianitos o los marroquíes quieran venir a un pais rico a ganarse la vida) requiere un férreo control de las personas, para prohíbirles ir allí donde no le convenga al sistema…
Exactamente, hay una asimetría en los flujos. Capitales y mercancías van por libre, y se ha demostrado que esto genera desigualdades cada vez mayores entre el nivel de bienestar de los países «ganadores» y «perdedores». Y el flujo de personas solo está abierto en un solo sentido. Y los vasos comunicantes son ley universal. Se va a necesistar más que unas tarjetitas de plástico con 20 mecanismos de antifalsificación para detener este flujo. Pondrán metralletas en las fronteras, en lugar de intentar corregir el desequilibrio y que la gente viaje por gusto. Qué triste es, la verdad.