Dice Schneier sobre el proceso de elección de Papa en el Vaticano:
How hard would this be to hack?
First, the system is entirely manual, making it immune to the sorts of technological attacks that make modern voting systems so risky.
Amén.
(fuente)
Dice Schneier sobre el proceso de elección de Papa en el Vaticano:
How hard would this be to hack?
First, the system is entirely manual, making it immune to the sorts of technological attacks that make modern voting systems so risky.
Amén.
(fuente)
La manera más sencilla de hackearlo (y no es sencillo, claro) es rollo «te robo el Oscar», que una vez tomada una decisión y hubiera un «elegido» saliera el cardenal y dijera el nombre de otro… Imagina el escándalo si tiene que salir otro a desdecir al cardenal. ¿Lo harían? Tengo mis dudas 🙂
Yo no tengo ninguna duda de que, en el caso de que esto pasara, los demás cardenales reaccionarian.
Tengo dos argumentos, uno celestial, otro terrenal.
1. El firme convencimiento de que, al final, el proceso está guiado por el Espíritu Santo.
2. Es evidente que hay diferentes facciones entre los cardenales, de manera que la facción opuesta al timador reivindicaria sus derechos.
Al final, la Iglesia podría facilmente gestionar el escándalo.
Es decir, un grupo mayoritario de cardenales no querrá ni traicionar ni al Espíritu Santo, lo que se paga por excomunión, ni a su facción.