Real como la vida misma, conversación vía mensajería electrónica que ocurrió hace dos semanas.
– ¡Mátalo!
– ¡Lo estoy matando!
– Espero que no registren estas conversaciones…
Por supuesto… estamos hablando del kill del UNIX…
Real como la vida misma, conversación vía mensajería electrónica que ocurrió hace dos semanas.
– ¡Mátalo!
– ¡Lo estoy matando!
– Espero que no registren estas conversaciones…
Por supuesto… estamos hablando del kill del UNIX…
Alucinante lo que estoy leyendo últimamente en la prensa española. De repente los bloggers la causa de todos los males de la humanidad. La causa de toda la desinformación, dice El País. Para Sarkozy, el presidente de la república francesa (y presidente «de turno» de la Unión Europea), la prensa de pago (y jerarquizada) es la única fiable. Para la Unión Europea, los bloggers deberían registrarse antes de vertir sus opiniones en la red.
Un peligro, oiga. Pero no así en abstracto como se hace entender en los enlaces del párrafo anterior. Porque los bloggers pueden hacer mucho daño. Lean si no este post en el blog (¿?) El Catalejo del periódico El Mundo en el cual explican que un maldito blogger difundió el «bulo» del infarto de Steve Jobs que hizo que el precio de la acción de esa empresa se desplomara «momentáneamente».
Las conclusiones emitidas en ese articulillo son dos: (1) Internet es la madre de los bulos. (2) La crisis ya está aquí.
Para mí, ambas falsas (la segunda quizá cierta, pero no relacionada con el corazón de Steve Jobs). La conclusión, que muchos venimos defendiendo desde hace mucho tiempo aunque sea en conversaciones de café, es que la bolsa hace unos cuantos años que ha perdido el oremus. Se inventó como un mecanismo de financiación para que las empresas pudieran invertir y crecer. Los inversores, por su parte, obtenían unas rentabilidades superiores a meter el dinero en el banco o debajo del colchón. Se suponía que los inversores decidían prestar a una empresa u a otra (es decir, comprar estas o aquellas acciones) según la confianza y seguridad que les inspirase la empresa en cuestión.
En la actualidad, esto no funciona así. Porque hay personas que gestionan cantidades ingentes de dinero y mediante «movimientos-hormiga» cada vez que hay micro-fluctuaciones consiguen que los fondos que gestionan ganen bastante, y ellos también ganan bastante por realizar la operación. Ya no hay inversores «fieles a una empresa», hay una peña de piratas arañando un centimito aquí y allá por acción (comprando y vendiendo miles y miles de acciones) todo el santo día. Intentando anticiparse al «mercado» en base a «información confidencial» o a «sensaciones» que son emitidas. En base a rumorología, vamos. Como hay gran incentivo en «ser el primero», el primero que se entera del rumor actúa, por supuesto sin tomarse el tiempo de confirmarlo. El primero que actúa realiza una pequeña modificación al «mercado», el resto actúa en consecuencia, y ya tenemos un efecto bola de nieve.
Así que no me jodan. Si alguien suelta un bulo por Internet sobre la salud de Steve Jobs y la acción baja, la culpa no es del que suelta el bulo (solo Steve Jobs se puede ofender por ello e incluso demandar por difamación o lo que sea), la culpa es que la bolsa está en manos de una panda de especuladores que cobran demasiado por el intercambio de papelitos al que se dedican todo el santo día.
Pero claro, mejor unámonos al clamor: crucifiquemos a los bloggers, a todos, así, en general.
Actualización: no le echo la culpa a estos tipos, sino a los poderes que tienen detrás.
Muchas veces enlazo comentarios de Versvs y los comento. Hoy no. Hoy es tan trascendente lo que ha escrito que lo copio y pego y os pido que lo leáis.
El estado del bienestar es una cosa un tanto compleja pero que, en cierta medida, tenemos todos en la cabeza: un estado del bienestar es aquel en el que las personas se dotan a sí mismas de una organización tal (habitualmente personificada en el Estado) que garantiza la protección social para todos los firmantes del pacto (incluso aquellos que aunque quisieran no tienen la opción a no firmar el pacto). Esta protección incluye prestaciones por desempleo, servicio de sanidad, acceso a la educación y a servicios sociales básicos, garantía de los derechos y libertades fundamentales.
En las últimas décadas no cabe duda de que si hay un modelo del bienestar en el mundo ese es el que se desarrolló en la Unión Europea tras la sangrante y atroz primera mitad del s. XX. Es evidente, sin embargo, que de un tiempo a esta parte este estado del bienestar está de capa caída y cada vez garantiza menos los derechos fundamentales (plazos de detención sin cargos cada vez mayores, espionaje estatal a los ciudadanos, cada vez menos derechos para la población -tanto inmigrante como oriunda-). Los signos y los movimientos en este ámbito son numerosos y se suceden de forma constante en el tiempo.
Del empobrecimiento gradual de la población, debido a un aumento del coste de la vida (alimentos, vivienda -tanto en propiedad como en alquiler-) muy por encima del aumento salarial paralelo, a la imposición de un sistema altamente disciplinario, el aumento de la jornada laboral hasta las 65 horas, la reducción de nuestra privacidad, la eliminación del secreto de las telecomunicaciones, y el paso al siempre vigilados. Todo ello pasando por una reducción progresiva de los servicios sociales (con una sanidad privatizada encubierta, con una educación instrumentalizada y una justicia a las que el Estado no dedica en absoluto los recursos necesarios -para que así se convierta en un arma aplicada de forma arbitraria contra aquellos a quienes interese). Y podría seguir con bastantes ejemplos que muchos de ustedes ya conocéis.
Y entonces llegó la crisis. La principal herramienta del poder para imponer medidas que de otra forma serían rechazadas sin dudarlo. Tú ves crisis ellos ven ocasión de hacer negocio a costa de lo que nos pertenecía a todos.
Europa, esa que los euronacionalistas (y a esos les tengo dedicado una reflexión que espero depurar prontito) ven como una entidad civilizada y pacífica, tiene en su currículum muchas de las más atroces guerras que el mundo ha visto. Y estas guerras del s. XX surgieron de las miserias sociales a las que masas de personas desprovistas de toda condición de ciudadano fueron empujadas; surgieron de la radicalización de la política que sólo viene aparejada del miedo a morir de hambre. Y las consecuencias fueron grandes: la instauración de los «documentos de identidad nacional» (en España, por ejemplo, fue introducido durante la dictadura fascista del general Franco) y el cerrojazo a las fronteras y a los movimientos migratorios: es decir, de las crisis de primera mitad del s. XX nació un mundo con fronteras mucho más rígidas y controladas, y con ciudadanos mucho más controlados también dentro de las fronteras.
Mientras tenemos la tendencia a observar Europa como algo estático, ésta está evolucionando rápidamente hacia una sociedad en la que las decisiones no se toman de forma asamblearia (de hecho, las instituciones de poder en la UE no son democráticas) sino por coerción. De la sociedad democrática a un régimen post-democrático, coercitivo y apoyado en la disciplina y el control ejercido sobre las personas.
A la crisis económica de la que tanto se habla, y que muchos comparan ya con la gran depresión del año 1929 que dio alas y disparó definitivamente el fascismo europeo del s. XX, hay que unir sin dudarlo ni un momento el continuo recorte de libertades en Europa y las llamadas xenófobas y racistas, que se producen ya desde la política masiva y que ha perdido el miedo a expresar su racismo y su xenofobia a cara descubierta. Frente a un mundo que gracias a Internet necesita cada vez menos de las rancias estructuras «en corralito» en que se han convertido los diferentes estados, el estado mismo reacciona de forma virulenta y excluyente, haciéndose valer, temeroso de perder su excesivo poder si nadie le hace caso. Temeroso de quedarse en casa el sábado porque nadie lo llame para salir; temeroso de que la gente busque otras cosas diferentes al control estatal de la vida pública y privada.
En el contexto en que occidente afronta una de sus últimas grandes crisis siendo la referencia mundial, hay que volver a considerar las posibles consecuencias que una verdadera globalización, en la que además del dinero las personas hubieran podido moverse libremente por el mundo en los últimos treinta años, habría tenido. Con una ciudadanía europea que no hubiera desaprovechado la oportunidad de llevar a Asia y África mucho más que la libertad para los mercados: la libertad para las personas que viven allí.
Eso nunca sucedió y occidente (Europa, Estados Unidos, Canada, Australia) pagarán carísimo su desdén hacia los ciudadanos de los países en desarrollo, pagarán caro no haberles ayudado cuando lo tuvieron en la mano.
Hoy mismo, en pleno vórtice del hundimiento bancario-demagógico, hemos sabido que la ONU apoya una iniciativa para cambiar los protocolos que rigen la red y que se dificulte/elimine el anonimato en la red. La iniciativa, por supuesto, está apadrinada por China (miembro del consejo de seguridad permanente de la ONU) y parece gozar del respaldo del resto del consejo de seguridad permanente; ya se pueden leer, sin embargo, las primeras reflexiones de rechazo desde el ciudadano de a pie. Está claro que no va a ser la maquinaria de la UE quien se oponga, después de habernos sisado el (otrora sacrosanto) secreto de las telecomunicaciones. Por supuesto, para conseguir esto proponen rediseñar la web, y nosotros ya conocemos dónde se esconde el peligro de rediseñar internet.
¿Cómo habría sido un mundo en que desde 1989 (caída del muro de Berlín y sucesos de Tiananmen), occidente se hubiera esforzado por llevar la democracia no sólo a Europa del este sino también a China? No lo sabemos, pero podemos estimar que quizá tendríamos otras cartas en la mano. Cómo podrían ser si no siguiéramos prestos a salir vestidos de camorrista a mirar mal a todo el que no es como nosotros?
Es difícil jugar a las adivinanzas y no lo haré. Me quedaré mejor en lo que tenemos en la mano. Perdimos el tiempo juntando pitos y el Estado, organizado, ya no quiere mus. Hay que jugar con lo que tenemos o dejar la mesa, y ya saben que jugador de chicas, perdedor de mus. Si de las crisis del s. XX nacieron los DNI, la Stasi, la KGB y las principales agencias de inteligencia europeas y norteamericana, ¿qué no podrá salir de la deriva autoritaria de este occidente podrido?
Este es un post cargado de futuro, de cosas que aún no han sucedido. Pero es que cuando escribimos sobre el futuro lo hacemos para que éste no suceda. Orwell no escribió 1984 para que nosotros lo viviéramos, por decirlo de alguna forma, sino para evitarlo; seguramente Leif GW. Persson tampoco escribió el declive del estado del bienestar para acelerarlo, pero ahí está su obra. A ver si esta vez tenemos más suerte.
[Por cierto, la petición de China a las Naciones Unidas llega en el momento justo, esta semana se vota en el europarlamento el paquete telecom por el que protestan cada vez más personas y organizaciones y que amenaza con poner internet bajo riguroso y férreo control.]
(Original: La desaparición del estado del bienestar)
Paloma, de Destapa el Control, propuso este verano que tras las vacaciones nos reuniéramos todos para desayunar, ¿dónde?, pues en la calle, para celebrar nuestra libertad y reivindicar el derecho que los ciudadanos tenemos a hacer un uso apropiado del espacio público que no moleste a nadie más.
La propuesta era hacerlo en la plaza del MACBA en Barcelona el 5 de octubre. Todo muy informal: cada cual se traería su bocadillo, madalenas, churros o lo que más le apeteciese. Solo se trata de pasar un buen rato y como dicen los ingleses, poner una cara a cada nombre de esta ciber-familia que ya somos.
Hoy nos avisa Paloma que ha realizado una visita a la plaza en cuestión y que no va a poder ser en esa fecha y lugar. No nos da los detalles, pero conociendo esa plaza y la persecución a los skaters (otra inconsistencia del ajuntament: venga utilizar lo «cool» que son y promover la ciudad como la capital europea del patín para luego multarlos por estropear el mobiliario urbano) supongo que los urbanos y mossos que la vigilan (de modo nada obvio, casual o «de barri») dispersan sin miramientos a cualquier persona que se ponga a hacer lo que sea en esa plaza, excepto claro está sentarse en una terraza de pago a consumir. Consumir, consumir… ay, la comercialización del centro de Barcelona.
Me he cogido una copia de la ordenanza de civismo (documento en catalán) que con tanta polémica publicó el ayuntamiento para regular el uso de los espacios públicos, y por mucho que me esfuerze, gafas y todo, no veo que una reunión de un grupo de amigos con termos de café con leche y pastas sea una actividad prohibida.
Probablemente en una zona menos «caliente» el desayuno se pueda llevar a cabo de manera tranquila… Paloma nos informará en breve de las nuevas propuestas recogidas.
Ayer estuve probando OpenGoo, la plataforma de software libre de ofimática on-line (estilo Google Docs) que ayer tanto se comentó en la blogosfera. Vale la pena leer la reseña de Versvs para saber responder la siguiente pregunta: Si ya existe GoogleDocs, ¿para qué sirve OpenGoo?
Internet nació libre y distribuida por naturaleza. En la actualidad estos dos atributos están en peligro (o incluso en entredicho, lo cual es peor: la gente ha perdido la noción de por qué la libertad es buena). Por lo de libre, tenemos todo lo que la Unión Europea está intentando legislar a través de sus enmiendas-torpedo. Por lo de distribuida, tenemos al gigante Google, que lo está intentando acaparar todo: el buscador por supuesto, pero además proporcionan las aplicaciones online (la famosa nube): Gmail, Blogger, Google Reader… también intentan poner un pie en el mercado de la banda ancha en sí (la WiFi de San Francisco, los supuestos centros de datos subterráneos por todas partes), como espectacular tenemos noticia del satélite de Google para sus fotos de Google Maps y Google Earth, y finalmente, quien no haya leido sobre su nuevo navegador Google Chrome es que no ha estado en este planeta desde hace 15 días. Conclusión: todos estamos entusiasmados con los servicios gratuitos de Google y los usamos más y más… dándoles tanto control de nuestra actividad online, dándoles tanto poder en todos los mercados involucrados que un día de estos le cambiarán el nombre a Internet, la renombrarán GoogleNet. Y entonces, ¡adiós a la naturaleza distribuida! Google balanceará la carga de sus servidores siguiendo el famoso paradigma «cloud computing» (informática en la nube), y eso es una cierta distribución, pero para lo que importa, nuestra percepción, Internet será una cosa controlada centralmente, será Google simplemente. Si no lo paramos, claro.
De ahí viene mi sueño. Tengo un sueño, como Martin Luther King. Mi sueño es un cielo, Internet, sin un enorme nubarrón gris amenazante sobre nuestras cabezas. Mi sueño es un cielo con miles, millones de nubecitas blancas, como de algodón. Donde cada cual obtenga su «cloud computing», sus aplicaciones online, de una de estas nubecitas: la que más confianza le dé, la que mejor servicio le dé… y que una vez decidas saltar a la nubecita de al lado, ¡que haya nubecita donde saltar! Aplicaciones online sí. Son tan cómodas y prácticas que (a menos que haya un desastre y la conectividad se reduzca drásticamente) no hay vuelta atrás una vez te liberas de las limitaciones de tener tus cosas en un disco duro y tener que preocuparte de hacer que estén disponibles (por ejemplo cargando con tu portátil) cada vez que viajas. Pero ¿vale la pena prostituir el espíritu de Internet solo por tu comodidad? No hay respuesta fácil, y lo bueno es que gracias a iniciativas como OpenGoo NO HAY QUE ELEGIR. OpenGoo nos permite tener miles, millones de nubecitas, con las aplicaciones online dispuestas a ser usadas. Lejos de las garras de Google.
Lo dicho: ayer instalé OpenGoo en lavigi. Mi nubecita blanca es cada vez más potente. Y mediante este post invito a quien quiera probar esta plataforma de ofimática online a que se ponga en contacto conmigo para que le cree una cuenta en mi OpenGoo. Os invito a utilizar mi nubecita en Internet.
Leo en The Guardian que los países con las ocho economías más poderosas del planeta, el grupo G8, actualmente reunido en la septentrional isla japonesa de Hokkaido, está a punto de aprobar el ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), o «Acuerdo de comercio anti falsificación».
Ha trascendido una copia del borrador de dicho acuerdo (en WikiLeaks) y hay cosas que dan auténtico miedo. Se puede leer literalmente que «a proposal for a multilateral trade agreement of strict enforcement of intellectual property rights related to internet activity and trade in information-based goods, hiding behind the issue of false trademarks», es decir: «se propone un acuerdo multilateral de comercio que garantice el cumplimiento estricto de los derechos de la propiedad intelectual relacionados con la actividad en internet y el comercio de bienes de información que se escondan tras el asunto de las marcas falsificadas». Que ya empieza a tener mala pinta. Pero esto es mucho peor: «Members shall provide for the provisions related to criminal enforcement and border measures to be applied at least in cases of trademark counterfeiting and copyright piracy.», o sea: «los miembros tendrán que garantizar los medios fronterizos y de cumplimiento criminal para que se apliquen, como mínimo, en los casos de falsificación de marcas y pirateo del copyright».
La traducción es pésima pero es que el texto legaloide tampoco ayuda mucho. Pero la conclusión es clara: Por dar un ejemplo, si vas de España (donde existe canon y derecho a copia privada) al Reino Unido (donde no hay ni lo uno ni lo otro), en la aduana te pueden parar, obligarte a abrir el ordenador, que te busquen todos los mp3 que tengas en el ordenador, y si encuentran algo te requisan el ordenador como poco, y te meten una denuncia por ¡contrabando!
Y de la privacidad, ni se hable. ¿¿Qué se puede esperar de un texto que van a firmar los mayores defensores de este derecho, el Reino Unido y China??
Esto último dicho con mucha ironía, por supuesto.
Ha salido algo de esto en los medios españoles? Yo no lo encuentro. Y es muy grave. Y no nos estamos enterando. Hay que veranear duro, como dice Versvs.
Me da una gran tristeza tener que anunciar que ayer, siete de julio de 2008, falleció la Sociedad de la Información, víctima de un torpedo lanzado por el Parlamento Europeo.
Estas enmiendas a la Directiva Europea de Comunicaciones (el torpedo) dan absoluto control a los burrócratas, capaces incluso de retirar de por vida el acceso a Internet a los que se porten mal «según la autoridad competente». En la Sociedad de la Información se supone que Internet es una «commodity» (bien de primera necesidad) como el agua o la electricidad. ¿¿Os imagináis una condena judicial a que «te corten el gas de por vida»?? (Y por favor, tomemos estas palabras en contexto. A alguien que pone una bomba en un tren o que le da 240 puñaladas a un estudiante de microbiología en Londres, yo no le cortaría Internet, le cortaría otras cosas que duelen mucho más)
La excusa de hoy para tanta estupidez aprobada por europarlamentarios cuyo sueldo sale de mis (y tus) impuestos, es la dichosa «piratería» (su término, no el mío), pero lo que han aprobado les da las llaves para limitar ¿el intercambio de ideas incómodas para ellos? ¿el intercambio de herramientas y conocimiento que no se ajuste al orden establecido? ¿Cortarán Internet a todos los irlandeses simplemente por haber tenido los huevos de no dejar que les metiesen la rechazada Constitución Europea, tras simplemente haberle cambiado el nombre a tratado de Lisboa, por detrás y doblada?
O más claramente para que veamos el doble uso de estas enmiendas a la directiva… si ahora yo me pongo a usar Internet para organizar una huelga paneuropea en contra de esa otra estúpida ley que dice que será legal que te hagan trabajar 65 horas semanales pagándote solamente 40, ¿¿se pondrán a buscarme canciones de Alejandro Sanz («la música se muere y necesito plata para mi colección de Mercedes-Benz») en el log de actividad del eMule para cortarme Internet y así «desactivarme»??
Estoy cabreada.
(imagen cortesía de Arkano Nephilim)
Lo que leemos en Alt1040 es muy fuerte. Parece ser que un colaborador en Cryptome lleva tiempo investigando las direcciones IP usadas por la NSA estadounidense (agencia de seguridad nacional), por subcontratistas y por los servicios de inteligencia de otros países «amigos» que supuestamente se utilizan para tomar control remoto de ordenadores y dispositivos móviles (PDAs, SmartPhones) que utilizan algún sistema operativo de Microsoft, todo esto a través de ciertos puertos específicos (del 1024 al 1030).
¿De teoría conspiranoica a realidad? A mí, la verdad, no me sorprendería nada.
En Alt1040: http://alt1040.com/archivo/2007/11/02/la-nsa-accede-a-equipos-y-redes-que-usan-productos-de-microsoft/
Fuente original: http://cryptome.org/nsa-ip-update11.htm
http://www.nsf.gov/news/news_summ.jsp?cntn_id=110040
Por supuesto, según este artículo, la aplicación va a ser sumamente útil para identificar terroristas.
No digo más.
En febrero de este año lo dijimos: Microsoft investiga cómo utilizar los estados de ánimo en la interface de usuario. Si estás dormido no te pondrá cosas que requieran mucha atención; si estás depre, no te mostrará aquel email de Recursos Humanos en que te informan que estás despedido… porque hace quince minutos en tu cabeza estabas recordando amablemente a los ancestros de tu jefe.
Esta pequeño microrrelato es suficiente para ver la implicación de privacidad que tiene el sistema. Antena 3, en cambio, lo obvia totalmente.
http://www.antena3.com/a3noticias/servlet/Noticias?destino=../a3n/noticia/noticia.jsp&sidicom=si&id=13218501
http://www.lavigilanta.info/2007/02/microsoft-un-pc-que-lee-el-pensamiento_7077.html